¿Cuántas veces hemos querido aprender algo por nuestra propia cuenta? Ya sea hablar un idioma, tocar un instrumento, dibujar o practicar un deporte hay muchas cosas que se pueden aprender a nuestro ritmo e interés.
El problema es que, a veces, no nos atrevemos a empezar o, una vez que hemos dado el primer paso, no somos constantes y lo que parecía un gran proyecto de aprendizaje se convierte en otra cosa que no llegamos nunca a acabar.